Compromiso con el matrimonio

Compromiso con el matrimonio

Ser matrimonio significa estar completamente comprometido con tu esposo como con el Señor. Mire en Efesios 5:22 que dice Esposas, sométase a sus esposos en cuanto al Señor. Porque el esposo es la cabeza de la esposa, como Cristo es la cabeza de la iglesia, cuyo cuerpo es el Salvador. Ahora, como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. Los esposos aman a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella para santificarla, limpiándola con el lavado con agua de la palabra y presentándola como una iglesia radiante sin mancha ni arruga ni ninguna otra Mancha, pero santa y sin mancha. De la misma manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, se ama a sí mismo. Después de todo, nadie odiaba su propio cuerpo, pero él lo alimenta y lo cuida, tal como lo hace Cristo en la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. Por esta razón, un hombre dejará que su padre y su madre se unan a su esposa, y los dos se harán una sola carne. Este es un profundo misterio, pero estoy hablando de Cristo y de la iglesia. Sin embargo, cada uno de ustedes también debe amar a su esposa como él se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su esposo.

Veamos 1 Pedro 3: 1 que dice Esposas, de la misma manera, sea sumiso a sus esposos para que, si alguno de ellos no cree la palabra, pueda ser conquistado sin palabras por el comportamiento de sus esposas, cuando vea. La pureza y la reverencia de tus vidas. Su belleza no debe provenir de adornos externos, como el cabello trenzado y el uso de joyas de oro y la ropa. En cambio, debe ser la de tu ser interior, la belleza imperecedera de un espíritu gentil y tranquilo, que es de gran valor para la vista de Dios. Porque esta es la forma en que las santas mujeres del pasado que pusieron su esperanza en Dios solían hacerse bellas. Eran sumisos a sus propios maridos, como Sarah. Quien obedeció a Abraham y lo llamó su amo. Ustedes son sus hijas si hacen lo correcto y no ceden al miedo.

Maridos, de la misma manera, sean considerados mientras viven con sus esposas, y trátenlos con respeto como la pareja más débil y como herederos con ustedes del don bondadoso de la vida, para que nada obstaculice sus oraciones.

Ama siempre,

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